miércoles, 10 de septiembre de 2014

POSICIONAMIENTO DEL GPPAN, GLOSA DEL SEGUNDO INFORME DE GOBIERNO.

En Los Sentimientos de la Nación, José María Morelos veía y anhelaba justicia para el pueblo a través de la buena ley; aquella que el gobierno acatara a cabalidad y que –cito- “obligara a la constancia y al patriotismo, moderando la opulencia y la indigencia;  de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto”.

El 1° de septiembre esta soberanía recibió el II Informe de Gobierno, relativo a la gestión federal en el 2013. Listado de frases y datos hábilmente manejados para dar cifras triunfalistas que difícilmente concuerdan con la realidad.

Presume la Cruzada contra el Hambre, estrategia que según el propio CONEVAL no cuenta con la claridad conceptual que le permita armonizar objetivos, componentes y actividades. Dice haber incorporado 3.1 millones de mexicanos a la cruzada pero ¿no eran estos ya atendidos por los programas existentes? 595 mil familias hoy cuentan con la tarjeta Sin Hambre pero, ¿no serán estos los mismos beneficiarios de Oportunidades o del programa de Apoyo Alimentario?  No lo sabemos. Tampoco hay claridad en la correlación o no con el nuevo PROSPERA. Lo que sí es claro es que la estrategia estrella sienta sus reales en municipios con alta rentabilidad electoral como Ecatepec, el más poblado del país, de donde fue presidente municipal el hoy gobernador Eruviel Avila y deja fuera de la misma poblaciones donde la pobreza lacera por lo tangible.

En síntesis, sin reglas de operación y a los ojos de la realidad, se vislumbra la cruzada contra el hambre como un gigante con pies de barro; así no se combate a la pobreza, así solamente se generan clientelas electorales y eso Acción Nacional ya lo ha documentado y denunciado en Veracruz, Colima y Nuevo León, por poner algunos ejemplos. No hay mejor cruzada contra el hambre que el crecimiento económico.

En educación, a pesar de que los diputados aprobamos la reforma educativa para beneficio de los niños de México, vemos en los hechos el desinterés en este rubro por parte del Ejecutivo. Peña Nieto desde su campaña, se comprometió a dar cobertura universal en educación media superior pero ha quedado en eso: promesas sin cumplir.

Aun así, suponiendo que se completara este propósito, habría que informar al titular del programa que hoy en día sólo tres de cada diez adolescentes entre 15 y 19 años tiene un grado aprobado en el nivel medio superior, mientras que cientos de miles son los estudiantes que quedan fuera del sistema público de educación superior por falta de cupo. Están dejando a los jóvenes de nuestro país sin estudios ni trabajo y peor aún, entre más estudios tengan más difícil les está siendo encontrar un trabajo.

En cuanto al rubro Salud,  según el informe se han construido o modernizado 394 unidades hospitalarias y más de 2000 unidades de salud. De acuerdo con esta cifra, se han construido durante los dos primeros años de gestión de este gobierno, 197 unidades hospitalarias por año, cuando en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón, se realizaron en promedio, 622 obras por año; tres veces más que en este gobierno. El Seguro Popular es otro tema a destacar. Según las cifras oficiales, de septiembre de 2013 a junio de 2014 se consolidó un padrón general de beneficiarios de 55.6 millones de personas. En los gobiernos panistas, no solo se creó el programa, dando así justicia y cobertura a quienes no tenían seguridad social, sino que se incorporaron 52.7 millones de mexicanos; es decir, el 94.8% de este logro, fue obra de administraciones panistas. Eso, es dar prioridad a un programa. Por ende, además del reto de incorporar a más mexicanos, le queda a este gobierno manifestar su voluntad política para ampliar la cobertura en padecimientos que acaban con el patrimonio de los más necesitados, como lo son los tratamientos para atender la insuficiencia renal.

Dice el Ejecutivo tener una Administración Pública Federal con perspectiva de género transversal y sin embargo, crecen los reclamos  por el desinterés de este gobierno en temas como el feminicidio, la violencia de género que a diario mata a 7 mexicanas, y acciones afirmativas para promover el acceso a empleo remunerado con las mismas condiciones que los varones. Siguen siendo las mujeres quienes tienen los peores salarios, quienes no acceden a puestos de decisión, quienes son acosadas sexualmente en sus ámbitos laborales y quienes sufren mayor explotación. Este gobierno, queda mucho a deber a las mujeres mexicanas.

Hoy, recordamos que fueron los gobiernos del PAN quienes establecimos la primera medición con rigor técnico y confiable de la pobreza en México; fuimos nosotros quienes impulsamos la Ley General de Desarrollo Social, el CONEVAL y quienes nos aliamos con la sociedad civil para institucionalizar el blindaje electoral de los programas sociales; fuimos quienes depuramos y transparentamos padrones de beneficiarios y quienes focalizamos con criterios profesionales la asignación de toda la política social del gobierno; quienes creamos los programas nacionales de seguro popular, atención a jefas de familia y a adultos mayores.

Ahora, que la política social regresa a la discrecionalidad y opacidad, ahora que vemos como maquillan y cambian de nombre programas premiados a nivel internacional como Oportunidades para parecer que se mueven, ahora, es aun tiempo de corregir el rumbo. Que quede claro: se debe vincular la política económica a la política social. Vemos un informe de spots y de proyectos a futuro, pero no vemos un informe de resultados.

Empleo remunerado y decente y oportunidades de desarrollo son el piso parejo para salir de la pobreza. Por eso SÍ al aumento al salario mínimo. Con todo y las reformas que esta soberanía aprobó, el crecimiento económico planteado por el gobierno es absolutamente insuficiente. Es claro que la economía en este primer tercio de gobierno ha sido un desastre. Para que el país crezca y provea bienestar especialmente para los más desprotegidos, es menester corregirle la plana al gobierno.

No hay forma de proteger a los indefensos sin igualdad de oportunidades. Por ello, mientras no se corrija de fondo la estrategia económica, no hay política social que pueda, ni medianamente, ser exitosa. La mejor política social para este país, es que la economía crezca.

Decía Néstor Mandela que “erradicar la pobreza no es un acto de caridad; es un acto de justicia”

¡En eso…en eso también le queda a deber Peña Nieto a los mexicanos!

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